La psicología criminal, durante mucho tiempo enseñada bajo el epígrafe de psicología forense, sigue siendo una ciencia que estudia todas las aplicaciones de la psicología a los procedimientos forenses para establecer, aclarar o excluir una incriminación. Está estrechamente vinculada al procedimiento penal y a las ciencias forenses en la medida en que, a diferencia del procedimiento penal, que estudia todas las normas jurídicas que rigen el modo de proceder para establecer los hechos de un delito y termina con la ejecución de la sentencia por el condenado, la psicología criminal engloba todos los conocimientos generales relativos al desarrollo de un proceso penal. En cuanto a la relación entre la psicología criminal y las ciencias forenses, cabe señalar que una, la psicología criminal, es un componente de la otra, las ciencias forenses, que se centran en todos los procedimientos utilizados para codificar la información con el fin de garantizar la confidencialidad entre el emisor y el receptor (medicina forense, ciencias forenses, dactiloscopia, balística, criptografía, etc.).